¿Cómo encontré mi camino profesional?

Cuando la vida no te deja dudar
A veces, la vida te pone en una situación en la que no hay tiempo para pensar demasiado. Te dice: «Es ahora o nunca». Y ahí estás tú, tomando decisiones a toda velocidad, sin poder hacerle hueco a las dudas.
Esto ha sido lo que me ha pasado a mí constantemente.
Cuando tuve que ir a la universidad, sentí que no podría tomar tiempo para preguntarme si era lo correcto, simplemente tenía que hacerlo.
Pero, seamos sinceros, que no haya dudas al principio no significa que no aparezcan después.
La duda no es el enemigo
Vivimos en un mundo donde hay mil opciones para todo: qué estudiar, a qué dedicarnos, qué camino tomar. Hay tanta información y tantos caminos posibles que, a veces, decidir se siente como una trampa. Porque, ¿y si me equivoco?
Y aquí viene la gran revelación: equivocarse no es tan grave. En realidad, casi nada en la vida es irreversible… excepto la muerte.
Así que, siempre intento mentalizarme de que, si en algún momento siento que este nuevo giro de emprender con mi marca personal no es lo que quiero, o no funciona, siempre puedo volver a girar de nuevo.
¿Cómo abrazar la incertidumbre?
Las dudas no son señales de que vamos por el camino equivocado. Son parte del viaje. Y en lugar de verlas como un freno, hay que abrazarlas como una brújula que nos recuerda que siempre podemos cambiar de dirección si lo necesitamos.
Así que, si alguna vez te preguntas “¿y si me estoy equivocando?”, recuerda esto: no hay errores fatales, solo aprendizajes.
Y siempre, siempre, podremos dar otro giro.
[BOTÓN AL ARTÍCULO 1 / TEXTO DEL BOTÓN: ‘MI HISTORIA’].